NouCOPC - Opinión

La complicación de lo simple
Por Joaquín Morata


 

 


Hoy, ocho meses después de solicitarlo, he podido ejercer uno de los derechos que tengo como colegiado: consultar las actas de la Junta de Gobierno de mi colegio profesional.

Suponía que, tras ver lo que se cocía en la trastienda de nuestro COPC, llegaría a casa indignado o con argumentos para algún escrito incendiario.

Y no. Lo que siento es una tristeza abrumadora. Una sensación amarga que me paraliza, me tiene embotado, sin saber por dónde ni cómo reaccionar. Me siento PROFUNDAMENTE triste.

No es una reacción extraña. Todos y todas la hemos estudiado. Si saturas a alguien de estrés… ya sabemos lo que ocurre.

De momento, hasta que reaccione, sólo comentarte la impresión que da título al mensaje. ¡Mira que complican las cosas con lo simples que son¡.

Voy a hablar bien de la Junta de Gobierno. Voy a decirte que trabajan. Y trabajan mucho. Yo nunca he dicho que no lo hicieran pero quiero dejarlo claro. Trabajan mucho y MAL. Y estoy convencido, no lo hacen mal con intención, lo hacen así porque lo llevan haciendo así años y años y años. Los mismos nombres cambiando de puestos durante años y años. A su bola.

Tras pasar un par de horas sentado ante las actas, viendo como la vida interna del COPC de los últimos dos años pasaba por mis ojos, he podido constatar que nuestro colegio profesional es un complejo entramado de Comisiones y Grupos de Trabajo que no hay santo que lo entienda. ¿Sabías que existe una Comisión de Intrusismo?. Yo tampoco. Y tampoco tengo idea de lo que hacen, ni quién la compone, ni para qué se ha creado... Supongo que como tú.

No voy a entrar ahora en el detalle de lo que he conocido hoy, me siento hundido y no sabría por dónde empezar. Comprendo ahora a quienes han salido del COPC corriendo, a quienes han intentado acercarse y hacer algo y han desistido, a quienes han decidido “pasar” ante el muro de componendas y chanchullos…

Comprendo que “pasar” es el único modo de evitar caer en esta asfixiante sensación de tristeza que me invade.

Contratos a dedo, sin explicación ni argumentación. Luchas para conseguir compensaciones económicas por hacer aquello para lo que ya te pagan. Decisiones argumentadas en “siempre se ha hecho así” u “otros colegios profesionales no lo hacen”. Más compensaciones económicas por “productividad”. Reglamentos que se aprueban y no se publican. Debates sobre el sexo de las mariposas…

Vale, llevo unos años criticando la forma de hacer del COPC, por lo que no debería de sorprenderme. Supongo que enfrentarte a la evidencia es diferente que luchar contra una idea.

Necesito tomarme un respiro y ordenar este cúmulo de sinsentidos. La opción alternativa: quemar el COPC y comenzar de nuevo, no es realmente una alternativa.