NouCOPC - Reforma Estatutos

Por unos buenos Estatutos
Por Joaquín Morata. Col. 6247


 

 

Los Estatutos de un colectivo no son otra cosa que una ley, una serie de reglas que regulan la dinámica organizativa y relacional del colectivo.

Además de eso, una ley refleja un determinado espíritu. Es evidente que las reglas que regulaban nuestra convivencia en 1910 no son las mismas que las de ahora y no sólo porque los tiempos cambien, sino porque lo que cambia es el espíritu que inspira y que motiva la regulación. No quiero ser tendencioso pero pretendo que resulte evidente que el espíritu con el que se legisla en una dictadura es bastante diferente de aquél con el que se regula la convivencia en una democracia, por poner un ejemplo bastante genérico.

Por otro lado, una reglamentación debería ser lo suficientemente precisa para evitar lagunas y dejar cosas a la libre interpretación del asesor jurídico de turno. Cierto que eso puede convertir los Estatutos en un farragoso entramado de normas y que las leyes deben ser también claras y fáciles de interpretar, pero dejar todo a la interpretación tampoco es la solución. Yo, al menos, me siento más cómodo si sé a qué atenerme. Cosa que, por otra parte es uno de los principios básicos del Derecho: proporcionar seguridad jurídica en las relaciones sociales.

Los vigentes Estatutos, siempre desde mi punto de vista, están hechos con alguna parte de la anatomía bastante alejada del cortex cerebral. O quizás no…

Tienen, fundamentalmente - y siempre desde mi humilde punto de vista -, dos grandes defectos:
- Son excesivamente ambiguos, y
- Son escasamente participativos.

Es decir, son tremendamente cómodos para el que ostente el poder. Son unos Estatutos que necesitan de reglamentos que desarrollen tanta ambigüedad. Reglamentos que el poder actual se ha negado, reiteradamente, a hacer públicos. Por pasiva, eso sí. Sólo tienes que consultar en la página los distintos escritos presentados en ese sentido y las respuestas recibidas y no recibidas. Me ha sido completamente imposible saber qué Reglamentos desarrollan nuestros ambigüos Estatutos, aunque según me respondieron… son como las brujas: haberlos, haylos.

Desde mi punto de vista el espíritu que subyace a los vigentes Estatutos no tenía entre sus intenciones la de considerar la participación del colegiado en la vida del Colegio como algo importante, por mucho que repita esa frase en su articulado.

No basta con poner que el Colegio fomentará la participación del colegiado si no dice cómo, ni hace nada por facilitarlo. O, si lo que dice y hace, realmente, no facilita de manera eficaz la participación más que de unos pocos.

Lo cual, una vez más confirma que son unos Estatutos hechos por el poder para el poder.

Ahora se están elaborando unos nuevos Estatutos para adecuarse a no sé qué Ley.

¿A que no lo sabías?. Yo me enteré de casualidad.

Vale, no es necesario que lo sepas para que sean unos buenos Estatutos pero no costaría tanto realizar una consulta entre los Colegiados para recoger el sentir sobre cómo quieren que se regule su vida profesional.

Quizá me alarmo innecesariamente pero visto el trato que, como colegiado, he recibido de mi colegio profesional en los últimos veinte años –y especialmente en los dos últimos que me he dedicado a tocar las narices-, tengo miedo de que se estén redactando unos nuevos Estatutos en la misma línea y de espaldas al colegiado y colegiada.

Estatutos que, por cierto, se presentarán para su aprobación en Junta General de Colegiados y serán aprobados (o no). Sí, Junta General, esas reuniones a las que no podemos asistir todos los colegiados porque se convocan entre semana, a las ocho de la noche, en lugar de un sábado por la tarde o por la mañana… (es una idea).

De ahí que, en lugar de quejarme y despotricar, haya decidido elaborar algunos de los apartados que, desde mi peculiar punto de vista, deberían incluir los Estatutos del Colegio Profesional que yo sueño.

En todos esos apartados intento que se reflejen algunos puntos que, siempre desde mi punto de vista, deben de inspirar los nuevos Estatutos:

- Reducción de la complejidad organizativa de los órganos de gobierno.
- Facilitación de la transparencia y la comunicación entre todos los colegiados y los órganos de gobierno.
- Facilitación de la participación real de los colegiados y colegiadas en el gobierno del COPC.
- Utilidad del COPC para la vida PROFESIONAL de los que lo mantienen con sus cuotas.

Y si quieres saber más, sólo tienes que consultar los distintos archivos que tienen que ver con el tema.

No olvides que no deja de ser un texto legal y que puede resultar indigesto tomado en una sola dosis, por lo que, si quieres disfrutarlo, mejor que te tragues un apartado cada ocho horas y, eso sí, siempre antes de las comidas (después de ellas suele producir un sopor irresistible).


Tus comentarios sobre el tema:
(por un Colegio Profesional que escuche al colegiado)

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