NouCOPC - Reforma Estatutos

Comisión Deontológica
Por Joaquín Morata. Col. 6247


 

 

Admito que esta figura me es bastante ajena. Nunca he tenido nada que ver con ella ni había conocido a nadie que tuviera relación o contacto con algún miembro o con sus obligaciones, y tampoco había conocido a nadie que hubiera sido objeto de su trabajo.

Sí tenía claro que, además de velar por la buena praxis profesional, debería de controlar el intrusismo en nuestra profesión (algo que creo que también ayuda a cuidar la imagen de la profesión) y tener un papel significativo en aquello que tenga que ver con la presencia de la psicología en los medios de comunicación.

En los últimos meses (Abril a Julio de 2008) me han llegado informaciones que me han hecho pensar en la Comisión Deontológica como en la Santa Inquisición. Y eso, desde mi forma de entender las cosas, no es muy deseable.

Este es el punto de partida del análisis de lo que, en los actuales Estatutos, se refiere a dicha Comisión y de la propuesta alternativa para los nuevos Estatutos.

Introducción

Es evidente que, de algún modo, se debe controlar la mala praxis profesional individual por el bien de la profesión de todo un colectivo.

La licenciatura nos habilita para el ejercicio en los términos que fija la ley y no hay criterios estrictos sobre cómo alguien se convierte en un buen profesional de la psicología.

Hay hombres idiotas y mujeres idiotas, jóvenes estúpidos y maduros estúpidos, gente de derechas maravillosa y gente de izquierdas fascinante, nacionalistas adorables y no nacionalistas encantadores… No hay característica definitoria de lo que puede ser un buen profesional de la psicología.

En ese sentido, hay buenos y malos profesionales de la psicología. Estoy convencido de que el título, por sí solo, no me ha convertido en un buen profesional. Ni siquiera puedo asegurar que lo sea. También estoy convencido de que la mayoría de los colegiados y colegiadas ejercen su profesión con toda la responsabilidad de que son capaces.

Lamentablemente, se ha de cometer un error y otro error y algún otro más.., y además perjudicar a alguien, para que quede en evidencia la mala praxis.

Entiendo que algo debe de hacerse para esos casos. Tanto para proteger al colectivo profesional como para proteger a la sociedad.

Y entiendo que esa es una de las funciones primordiales de la Comisión Deontológica.

También considero que un aspecto vital en la labor de esta Comisión debería de ser velar por asegurar que quien ejerza labores propias de la licenciatura de psicología, disponga de tal titulación. Tanto en lo privado, como en el ámbito público.

Por último una reflexión: la ética casi nunca se puede imponer.


Tus comentarios sobre el tema:
(por un Colegio Profesional que escuche al colegiado)

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